miércoles, 1 de noviembre de 2017

EL ESPANTAPÁJAROS, LA RATA Y OTROS CUENTOS SOBRE LA MALDAD (2017), DE MELKER GARAY. LA REALIDAD Y SUS SOMBRAS.

A veces, solo a veces, hay momentos en los que advertimos la extrañeza que supone la misma existencia. No me refiero a buscarle un sentido a la vida, tarea prácticamente imposible, salvo para quien se aferra a su fe religiosa o a su creencia en la bondad intrínseca del mundo, sino al hecho de que estemos aquí, con nuestra capacidad de tomar decisiones, finita pero cierta. Por supuesto que eso nos supone poder optar por el camino de la maldad, además de sufrir la maldad de otros o de las mismas circunstancias de la vida, que son ciegas y, por ello, indiferentes a nuestro sufrimiento. Escribir sobre ello es algo que han intentado numerosos autores, con desigual fortuna. Por eso es gozoso, a la vez que estremecedor, encontrar unos textos que verdaderamente dan en el clavo, que apelan a la vez a la curiosidad, a la morbosidad y a la desazón del lector, interrogándolo directamente acerca de lo que piensa de su fuerza de existir, en expresión del filósofo Michel Onfray. 

El primer texto que se nos muestra, es toda una declaración de principios:

"No podemos escaparnos de la maldad. Como seres humanos siempre estaremos expuestos a la indefensión. A través de la Historia, el hombre ha tratado de describir la maldad porque tanto en los pequeños como en los grandes contextos, y tanto dentro como fuera de nosotros, la maldad está presente. Conformarse con su existencia es una misión imposible. Lo malo no se puede reducir a unas pocas palabras. La maldad que convierte al hombre en un ser indefenso no se deja expresar por el lenguaje. No obstante, la literatura nos ofrece un medio para combatirla. Quizás no logre vencerla, pero sí luchar contra ella por medio de la bondad. ¿Pero qué es la bondad? Es todo lo que da un sentido a nuestras vidas."

Que nadie espere encontrar un resquicio de esperanza en estos relatos. Ni siquiera los niños, los seres más inocentes, se salvan de horribles destinos, a veces provocados por aquellos en quienes más deberían confiar. Tampoco los animales o los objetos, que adquieren espíritu humano para la ocasión, se libran de las más terribles vicisitudes. Un espantapájaros, que vivió años de esplendor, se ha convertido en el putrefacto hazmerreir de las aves de la zona. Una cometa, se engaña a sí misma, reflexionando que no quiere su libertad, cuando en realidad no puede conseguirla, porque no hay manera de desenganchar el hilo que la ata a sus amos. Y una flor, sabe que su belleza es efímera y se dedica a elucubrar pensamientos como éstos: 

"Suele decirse que la vida puede ser cruel. No es verdad. La vida es cruel cuando la propia perdición está decidida de antemano. No, nadie se libra de la tiranía de la extinción. El que creó la vida no tiene corazón. Pero no todos los que están a mi alrededor piensan así. Ellos hablan de la vida como un regalo, como si el que les dio la vida estuviera lleno de amor. Y sí, es cierto, es innegable que la vida puede ser considerada como un bien, pero sólo si uno se deja defraudar por la mentira."

El espantapájaros, la Rata y otros cuentos sobre la maldad, es un libro que es imposible no leer de un tirón. La portenstosa imaginación de Garay, autor chileno afincado en Suecia, hace que seamos incapaces de dejar de pensar en qué es lo que viene a continuación y - lo más grandioso y lo más terrible a la vez - nos sintamos identificados con el triste destino de sus protagonistas, que al final acaban resignándose ante lo inevitable, como nos tendremos que resignar nosotros cuando lleguen nuestras horas más difíciles. Como se comenta en uno de los relatos, un ave puede estar condenado por los barrotes de su jaula, pero para la mayoría de los hombres esa función la toman sus propios pensamientos. Garay bebe de los mejores: de Poe, de Borges o de Villiers de L Isle-Adam, pero es capaz de crear su propio universo, inquietante y original. Como nos recuerda René Vázquez Díaz en el prólogo, la mayor amenaza contra el hombre, es el hombre mismo y sus prejuicios; su desprecio al mundo, su iniquidad y sus miedos. Agradezco infinitamente a René que me haya hecho llegar esta pequeña joya de un autor que merece ser divulgado por estos lares.

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